Buscando la mejor opción para mi caso
Tras el bloqueo del shock inicial, tras ese miedo paralizante, aparece una necesidad ansiosa de solución, de encontrar opciones para mi caso. Y empecé un camino interminable de consultas a especialistas, búsquedas de opciones alternativas, visitas a páginas web, lecturas de documentos; era un hambre de información que se mantuvo incluso tras la cirugía.
Quería saber todo lo que había para elegir lo mejor, por miedo a equivocarme. Pero la acumulación de información, aunque venga de fuentes oficiales o fidedignas, no me provocó la deseada paz interna.
En nuestros días tenemos más información que nunca y, por lo tanto, también más desinformación. Ahora es más fácil perderse en el océano de videos, talleres, cursos, terapias, tratamientos y libros sobre cualquier tema, y en particular, sobre cómo mejorar nuestra salud. Tanta oferta informativa obliga a tener criterios de selección, que ayuden a distinguir el grano de la paja.
Dejar de buscar para encontrar
Busqué tanto, hice tantos cursos y talleres, leí y consulté tantos libros que llegó un momento en que decidí dejar de buscar para dejarme encontrar. Me pregunté: “¿Qué sé yo que me sienta bien, que me ayuda a estar mejor, a superar mis estados emocionales negativos?”.
Así empezaron a aparecer respuestas, lentamente, como nacen las flores al inicio de la primavera. Decidí no hacer caso a todo aquello que me sonaba conocido; decidí escucharme en silencio para sentir qué necesitaba, conectar más con la naturaleza, meditar para practicar la quietud mental y empezar a entrenar el vivir en el presente. Comencé a leer menos pero más despacio, para integrar bien el texto, saboreándolo como un buen vino.
Las respuestas están en el silencio
El silencio, el respirar, el ser testigo objetivo, sin juicio, de mis pensamientos, emociones y sensaciones me ayudaron (y me ayudan) a suavizar y aclarar las polvorientas aguas de la confusión. La espera paciente a que reposen las dudas tiene su premio. El entrenamiento regular en esta práctica facilita ver la realidad de forma más amplia y encontrar caminos nuevos, invisibles a nuestros ojos cuando andamos con prisas, ansiedad o miedo.
Para seguir explorando
¿Qué sabes que te ayuda a detener tu flujo de pensamientos?
¿Qué sabes que te funcionó en el pasado para tomar una decisión?
¿Qué sabes que ha ayudado a otras personas con situación similar a la descrita aquí?
Un libro recomendado: «El silencio habla», de Eckart Tolle