La noticia inesperada
Verano del 2014, conduzco con la ventanilla abierta, estoy en medio de un atasco, escucho la radio y me acaricio el cuello. Palpo un bulto extraño por debajo de mi oreja derecha y me extraña, pero no le doy mucha importancia. Sigo con mi vida habitual y sigo palpando ese bulto. Acudo a mi otorrino, me examina pero no ve nada; me recomienda hacerme una ecografía. El radiólogo no ve nada en la ecografía pero, por si acaso, me indica un escáner. Acudo a primera hora de la mañana para realizar el TAC; por la tarde, recibo una llamada de la clínica donde me hice la prueba: la administrativa me comunica que se ha indicado una ampliación del escáner para el día siguiente, sin coste; me extraña. A la salida del segundo TAC, le pregunto al radiólogo la razón de ampliar la prueba. Me contesta con un inesperado e inconcebible “Tienes un tumor y hay que operar”.
Mi mundo se derrumba, mi vida se para, mis lágrimas amenazan con desbordarse. Aunque es día laboral, conduzco a casa en lugar de a la oficina. Parte de mi familia está en casa y les comunico, entre llantos, la noticia. Mi mujer llama a mi centro de trabajo para avisar de que no voy a ir.
Las fases emocionales
Fase 1. Negación. No puedo creer las palabras del radiólogo. Mi mente repite “¡No es posible!, si llevo yendo a revisiones cada seis meses”. Es muy difícil dejar de pensar en la noticia, me atrapa como una pegajosa tela de araña
Fase 2. Miedo. “¿Y ahora qué va a pasar?”, “¿Qué opciones tengo?”; tengo miedo a perder la voz para siempre, miedo a morir.
Fase 3. Confusión / Ansiedad. “¿Qué hago ahora?”, “¿Qué pasa si no me opero?”. Visito a especialistas conocidos, vuelo a Madrid para consultar con los más destacados en esta materia. Visito a otro otorrino en Barcelona, que practica cirugía parcial; tras su consulta, me indica que se puede intentar una cirugía parcial, pero mi caso está fuera de protocolo. Lloro, la salvación de mi laringe es prácticamente imposible.
Fase 4. Rabia. Siento rabia contra mi otorrino habitual, que no vio el tumor, rabia contra un destino no buscado, rabia contra la estadística (sólo un 7% de los casos de cáncer de laringe se dan en personas no fumadoras).
Fase 5. Aceptación. He recorrido varios miles de km en avión en apenas una semana, he hablado con terapeutas, he hecho consultas de bio-neuro-emoción, he paseado en silencio por la playa, he escrito con piedras sobre la arena, he buscado sin césar respuestas, opciones, herramientas… Todo en vano, solo queda rendirme a lo que es, aceptar la realidad.
Fase 6. Aprendizaje 1. El 5 de agosto de 2014 entré al quirófano. Tras despertar, estuve 30 días sin poder tragar nada (me alimentaba con una sonda que entraba por mi nariz). Tardé más de un año en empezar a hablar, y algunos meses más en poder decir frases más largas. Aprendí a ser paciente.
Fase 7. Volver a la vida. No queda otra, el tiempo solo va en una dirección, el ayer no se repite, el mañana aún no ha llegado; solo queda el hoy. Volver la vista atrás y dar una nueva lectura a mi vida, a mi pasado, a mi presente. Volver a la vida también implica despedirse de lo que ya no volverá, reconocer esas pérdidas y atravesar el duelo por su partida.
Fase 8. Aprendizaje 2. Pasar del preguntarme “¿Por qué?” al preguntarme “¿Para qué?”; darme cuenta de que, después de esto, todo, absolutamente todo, es relativo; iniciar una nueva relación conmigo mismo, empezando a encontrar nuevas respuestas a las preguntas fundamentales “¿Quién soy?”, “¿Para qué estoy aquí?”; necesito vivir más despacio para sentir todo lo que ocurre, para admirar toda la diversa belleza que se manifiesta cuando presto atención a lo que me rodea. En resumen, descubrir que aquí hay algo más.
Fase 9. Salir de la zona de confort. Una enfermedad grave no esperada es una exploración involuntaria e inevitable fuera de la zona de confort. Allí, en esa zona desconocida, más allá de las fronteras comunes de la vida, hay un tesoro escondido, todo un mundo por descubrir en el mismo instante en que nos atrevemos a aventurarnos fuera de los límites convencionales, allí aparece la vida con mayúsculas, allí se haya el verdadero aprendizaje de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
Ser pacientes y pacientes
Estas fases no son necesariamente consecutivas, aparecen varias superposiciones de estados emocionales, sobre todo al principio, donde parece que se navega en una montaña rusa. Por otro lado, los aprendizajes tardan en llegar; esto es clave porque es fundamental respetar el proceso interno propio y permitirse darse tiempo y que cada “paciente sea paciente” consigo misma/o; somos pacientes (de hospital) cuando estamos ingresados y recibimos tratamiento y revisiones, pero se trata de ser pacientes (de tener paciencia) durante el resto de nuestra vida.
¿Para qué tener paciencia?
La paciencia ( ciencia de la paz ) nos ayuda a:
- Aceptar la evolución de nuestro cuerpo, que ya no es el mismo que antes de pasar por el quirófano y que requerirá, probablemente, nuevos cuidados
- Atravesar los vaivenes de nuestras emociones, que nos guste o no, van a surgir de forma imprevista.
- Adaptar nuestra auto-percepción a nuestro “nuevo-yo” y aceptarlo, tal cual es, progresivamente
- Crear, poco a poco, nuestra reintegración a la vida; este es un proceso de transición post-cirugía lento, que requiere, necesariamente, de un periodo de calma para poder empezar a dar una lectura nueva y ampliada de lo vivido.
Para seguir explorando
Algunas preguntas propuestas para tu reflexión personal:
- ¿Qué te llevas de lo expuesto aquí?
- ¿Qué te resuena con más fuerza?
- ¿Con qué parte te identificas más?
- ¿Qué puedes aprender del relato de mi proceso?
- ¿Cuál, en tu opinión, es la mejor actitud del paciente para colaborar con el proceso de atención del equipo médico?
Te invito a seguir explorando juntos estas cuestiones y otras a través de mis charlas interactivas
Fase 5. Aceptación. He recorrido varios miles de km en avión en apenas una semana, he hablado con terapeutas, he hecho consultas de bio-neuro-emoción, he paseado en silencio por la playa, he escrito con piedras sobre la arena, he buscado sin césar respuestas, opciones, herramientas… Todo en vano, solo queda rendirme a lo que es, aceptar la realidad.
NADA FUE EN VANO … ERA PARTE DE TU CAMINO😉🥰
Así es África, parte de mi camino